viernes, 27 de enero de 2017

INTÉNTALO DE NUEVO. FRACASA MEJOR

«Sísifo» de José de Rivera.

«¡Qué bien se está donde no estamos nosotros!», dicen los rusos. «La hierba crece siempre más verde al otro lado de la alambrada», dicen los anglosajones. 

Aunque con variaciones, el síndrome humano de la no ubicuidad parece universal. A largo plazo, no hay mucho que uno pueda hacer al respecto: alcanzada cierta calma interior, tarde o temprano el síndrome siempre nos vuelve a atacar.

A menudo uno se fuerza a sí mismo mediante obligaciones y responsabilidad a combatir su carencia de cimientos y su errático anhelar. 

¿Pero acaso la vida en estado puro no es precisamente anhelar? Ese juego que no cesa. 

Beckett lo decía bien: «Por siempre intentarlo. Fracasar cada vez. No importa. Inténtalo de nuevo. Fracasa mejor.»



lunes, 23 de enero de 2017

EL SÚPER JESÚS GIL AMERICANO



Lamento coincidir con tanto papagayo como cacarea suelto por el corral mediático, pero tampoco a mí me huele nada bien el Elvis de la política. Y no es que sus rivales huelan mejor, obviamente, pero esa peste está probada y demostrada desde ya hace largo tiempo. 

Lo que la victoria de este über jesusgil americano parece indicar es que los grandes mercaderes han decidido dejar de untar a sus marionetas parlamentarias y tomar ellos mismos las riendas del Estado. «¡A tomar por saco con los intermediarios! ¿Para qué delegar en mañosos arribistas o mediocres de buena familia si podemos encargarnos nosotros mismos de la faena, tomar la batuta y dirigir personalmente la orquesta (mientras dejamos nuestros crecientes emporios en manos de familiares y allegados)? Será entretenido. También a nosotros nos gusta salir en la caja tonta. ¡Montaremos un esperpento aún mayor del ya montado! Y las masas terminarán tragando como siempre.»

En Europa, en cambio, aún nos andamos por lo que hoy tan certeramente llaman «puertas giratorias». El método  lleva siendo redondo demasiadas décadas, pero parece que ya empieza a tocar las narices al rebaño. El mecanismo es el siguiente: «Conviértete en el perro ambicioso adecuado para nuestros intereses y te financiamos la campaña electoral, os aupamos a ti y a tu jauría mediante nuestra poderosa plataforma de manipulación de las conciencias y creación de opinión pública (prensa escrita y audiovisual, novelas de aeropuerto y pseudoensayos ad hoc, libritos de autoayuda y autoengaño, películas, canciones, etc.) al tiempo que difamamos como apisonadoras a vuestros, ¡y nuestros, también nuestros!, adversarios. Haremos que ocupéis las poltronas parlamentarias para que os dediquéis a cuerpo de reyezuelos de temporada a defender nuestros intereses, mientras nuestros esbirros, voceros y escribas se encargan de noticiar sin cesar que estáis haciendo todo lo contrario, y cuando terminéis la faena de una o dos legislaturas os buscamos una sinecura de alto standing como justo pago a vuestros fieles servicios.» 

Eso, ya digo, es lo que aún ocurre aquí; pero los yanquis ya van un paso por delante y muy posiblemente vuelvan a dictar tendencia y sentencia, como es su costumbre desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

viernes, 20 de enero de 2017

AUTORRETRATO SIN ALPISTE


La prensa hoy dice entre líneas que al otro lado del charco los grandes mercachifles han dejado de untar a sus marionetas parlamentarias y finalmente han decidido ocupar los escaños ellos mismos.

Y que nosotros nosotrísimos les vamos a la zaga porque a este lado del charco aún nos andamos por las últimamente tan mentadas puertas giratorias. 

Los tiempos siempre está cambiando? (La carencia del signo interrogativo de apertura no se debe al teclado ni es reverencial o inconsciente anglicismo 

sino la transformación de lo que ha empezado siendo afirmación y duda paulatina mediante se me ha terminado haciendo pregunta).

Y a todo esto, venga a emporcarlo todo, cuerpos, mentes, charcos, tierra y aire, hasta la estratosfera estamos emporcando, muy pronto también otros astros.

Y venga a aumentar el número de primermundistas enganchados a la medicación trascendental, dopados de ansiolíticos y esterilizados libremente;

anabolizados por el día y drogados las noches findesemánidas, explotados de lunes a viernes (y eso con suerte) y ostrificados el resto del tiempo frente a nuestras pantallas;

incomunicados, aislados, individuados en masa, en las celdillas —sean en propiedad,  en alquiler o hipotecadas— de las colmenas urbanas; 

perfectos extraños para nuestros vecinos pero conectadísimos digitalmente por medio globo terráqueo con cientos, con millares de otros individuos igual de aislados en habitáculos dispersos por el muy ancho y lirondo mundo.

Al otro lado del charco, a éste y también a ambas orillas del otro gran charco, más grande, llamado Pacífico.

Ya sé por qué anhelamos encontrar vida extraterrestre. En el fondo nos olemos que semejante enemigo común tal vez sea la salvación...

¡Homines sapientes del mundo, unámonos! ¡Unámonos antes de que la muerte anímica en vida nos separe! De lo contrario parece que nos transformaremos en el planeta de los zombis.

Un buen comienzo será pedirles sal (y todos tenemos sal en casa, faltaría más, y la puerta de la nevera forrada con números de teléfono de establecimientos de comida rápida), 

perdirles sal —iba diciendoa mis vecinos.



domingo, 15 de enero de 2017

EL POETA EN GUERRA



Cedo la palabra Robinson Jeffers y traduzco la nota preliminar a su poemario Enfurécete con el sol y otros poemas, de 1941.—


Lamento la obsesión con la historia contemporánea que clava muchas de estas piezas al calendario, como mariposas a una cartulina. La poesía no es un monólogo íntimo, pero creo que tampoco un discurso público; y en general es lo peor para resultar oportuno. Por eso, hasta para prácticamente el último de los poemas escritos de este libro, fui en busca de un pescador solitario que vive en su cabaña bajo un acantilado, sin radio ni periódicos, sin amigos inteligentes, sólo pescado y güisqui. Eremita drogado, su mente debería haber estado tan libre de fechas como el océano, pero también él rompió a farfullar sobre asuntos públicos. Y le paré.

Sin embargo un hombre está en todo su derecho a expresar las opiniones propias, aunque sea en detrimento de sus poemas. La poesía debe representar la mente al completo; y si a la mente la ocupan en parte desgracias, mala suerte. Y de nada sirve dejar la poesía para cuando la tempestad haya cesado, porque a mi juicio ésta no ha hecho más que empezar: la calma que uno debe buscar es la del ojo del huracán.
 

jueves, 5 de enero de 2017

COSMOS INMUNDO


 
«Cosmos» (‘orden bello’), «mundo» (‘limpio’, ‘cuidado’, ‘elegante’) y «universo» (‘que va en la misma dirección’, ‘unánime’) son los vocablos más rotundos del chovinismo terrícola, palabras que son actos de fe a la vez que dogmas.

La unanimidad universal y el orden, equilibrio o belleza del Todo son prejuicios, verdades infundadas.

No tenemos la menor certeza de una totalidad ordenada, pero necesitamos creer en un todo y un orden.

¿Y la belleza? La proyección del deseo.


domingo, 1 de enero de 2017

BELLEZA Y NARCISISMO

Entre visillos (2015), Ksenija Vujotic.
  

A pesar de los tempranos fríos de hace días, el otoño parece resistirse a fenecer, una vez más, en este hemisferio del planeta. Sumisos a los ciclos naturales  y elementos, disfrutamos días soleados aunque frescos, instantes o instantáneas oculares tan bellos! Cirros rizados, alturas  creativas y diáfanas, parques públicos barnizados de amarillos mates y ocres secos!

Y además está ese cielo, cuya cúpula a estas horas (faltan pocos minutos para que el sol se pose) ofrece un elevada gama de azules que oscilan entre los más oscuros y marinos del cenit y los más claros y propiamente celestes sobre el horizonte; y hacia el atardecer, las pocas nubes que lo surcan se tiñen de una mezcla de rosado naranja y fosforescente violeta que lo invade todo y lo inunda de una tranquila tristeza tan innecesaria como desgarradoramente hermosa. 

Morirá esta belleza y moriremos nosotros, únicos seres que lo consideran bello; no es más que el efecto visual provocado por la rotación de una esfera habitable y la luz de una estrella.

Pero no importa, ¡de verdad que no importa! La vida es bella porque pasa; la vida es este estar siempre de paso. Nada es hermoso a menos que acontezca… Sólo lo fútil y pasajero —y son esos, precisamente, nuestros más íntimos atributos— nos estremece. 

Somos narcisos y egotistas estéticos: sólo nos conmueve cuanto nos recuerda nuestra propia condición, cuanto nos pertenece. De todo hacemos nuestro espejo.