sábado, 26 de marzo de 2016

YO ES OTRO


Hablamos de nuestros instintos como si fuesen de otro, como si no nos pertenecieran, efectos que tienen lugar en nosotros de algo que creemos ajeno. Pero lo cierto es que no son efectos, sino causa; que no sólo no son algo extraño a nosotros sino que son lo más íntimo, lo más nuestro.

El verdadero otro es la conciencia, ese desdoblamiento que nos permite «distanciarnos» de nuestro propio centro. Por eso, cuanto más «alejados» de la animalidad, más desarraigados y escindidos vagan por el mundo los hombres.

La conciencia es el gran generador de tormento. Sólo sufren las criaturas que saben que lo son.

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