viernes, 18 de marzo de 2016

ANALFABETISMO SECUNDARIO


El proceso educativo público, que es tanto como decir estatal, es de lo poco que continúa siendo «gratis» en nuestras sociedades (piénsese también en ciertos periódicos, emisoras de radio y canales de televisión). Ni siquiera el agua es tan barata. El interés en modelar mano de obra cualificada, consumidores fieles y ciudadanos mansos de segunda es imperioso. La educación privada, en cambio, queda reservada para la clase dominante. Lo último que haría tu jefe sería enviar a su hijo a la misma escuela a la que asiste el tuyo. El deterioro de la enseñanaza pública o estatal es un deseo de las clases pudientes: cuanto más estúpido permanezca el resto, más fácil les resultará a los suyos mantener sus prerrogativas. El objetivo es claro: un trabajador lo más especializado, ignorante, consumista e indolente posible.

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