jueves, 7 de mayo de 2015

Narración reflexiva o reflexión narrativa.

 P A N T A N O S A 
de Francisco Miranda Terrer



Lo pienso y repienso y no me viene ahora mismo a la cabeza el nombre de ningún novelista español de mi generación que me haya sorprendido como lo acaba de hacer Francisco Miranda Terrer (Valencia, 1976) con Pantanosa (Ediciones Libertarias, 2010).

A esta primera novela no le sobra ni una coma. Ha atrapado mi atención desde el inicio, el enganche ha ido en aumento y mi interés no ha cejado un ápice hasta el punto final. A medida que avanzaba en su lectura, me daba más y más pena terminarla. Por eso la he devorado de varias sentadas, para no finiquitar el banquete de una vez. Con cada acometida lectora mi admiración ha crecido. La experiencia ha sido intensa y nutritiva; es decir: la lectura ha sido de esas que uno sabe a ciencia cierta que repetirá. He subrayado y anotado medio libro, me he parado a menudo a reflexionar o simplemente a relamerme de puro placer literario, a esbozar una sonrisa empática o soltar una buena carcajada.

Me han impactado su prosa curtida, bien curada y firme, su sintaxis segura, su equilibrado orden discursivo al servicio de la expresión de la desmesura, de lo borroso y desatado (es decir, su expresión apolínea de lo dionisíaco), su precisión y sobriedad estilísticas, como de informe jurídico, aunque proferidas éstas con voz diáfana y explícita. La obra cuenta con ese maravilloso no sé qué prosódico stendhaliano, sólo que en primera persona. Deslumbran la estricta perfección expresiva de muchas de sus páginas y su equilibrado poderío verbal carente de toda afectación o pedantería. También he gozado del generoso aliño de gemas verbales que salpimienta la obra (algunas las he tuiteado recientemente en Los Grandes, @1001_Aforismos). Y me han llamado especialmente la atención su entusiasmo y vitalidad, esa impetuosa hambre de vida que la obra transmite, su «apasionamiento contagioso», como dice uno de los personajes sobre las cartas del protagonista y narrador.

La fusión de reflexión y narración está logradísima. Además, en ese sentido Pantanosa cuenta con un elemento para mí novedoso: contiene excelentes fragmentos de crítica literaria perfectamente engarzados en la trama y el desarrollo del personaje central. Los incursos ensayísticos son altamente estimulantes (pienso, por ejemplo, en sus suculentas reflexiones sobre Freud y Nietzsche). La narración de las peripecias juveniles de un estudiante de derecho letraherido va y viene con soltura y hondura, calado y humor, agilidad y denuedo, por numerosos asuntos de primer orden: la psicología y la política, el amor y la amistad, la amada libertad ideal y el odiado derecho oficial, la personalidad y la familia, la lucidez y los abismos de la mente, la mística y la filosofía, el autodidactismo y la universidad, el conformismo y la mediocridad imperantes, la falsa democracia, la literatura, la arquitectura, la música, la pintura (¡las reflexiones sobre el gran timo y el mercadeo del arte abstracto son magníficas!), el sexo (he echado en falta la masturbación...), la droga o el rocanrol. En fin: uno y el universo, como dijera Sábato. Y, finalmente, me ha deslumbrado su lograda fusión de arte y vida, como bien denotan el acentuado síndrome de Stendhal del protagonista o el hecho de que los títulos de las abundantes obras citadas en la novela no se distingan del resto del texto mediante las preceptivas cursivas.

Como no podía ser de otra manera, he sentido una clara identificación generacional con la novela. Su búsqueda y rebeldía fueron —y siguen siendo— también las mías. A veces creía estar leyendo la biografía de mi propia juventud.
 
Cualquier día de estos me pondré con El laberinto del Albayzín (Ediciones Libertarias, 2012), la continuación de esta brillante primera novela de un escritor que tiene mucho que decirnos. Si Miranda Terrer sigue adelante con su obra y es editado y distribuido por una editorial de mayor musculatura, yo creo que tarde o temprano serán muchos los buenos lectores que lleguen a sentir mi misma admiración.
 

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