domingo, 26 de junio de 2016

REFLEXIÓN PREELECTORAL DE LA MANO DE JENOFONTE


Escultura procedente del templo de Afaya Egina, siglo VI a. C.

«Deseaba a toda costa enriquecerse, quería mandar para obtener más, pretendía recibir honores para incrementar sus ganancias y buscaba la amistad de los más poderosos para no recibir castigo por sus atropellos. Para conseguir lo que deseaba, tenía la idea de que el camino más corto era el perjurio, la mentira y el engaño. En su opinión la sencillez y la verdad eran lo mismo que la necedad. Era evidente que a nadie amaba, y de quien dijera que era amigo, era seguro que contra él conspiraba.»

El parrafito se refiere a un tal Menón de Tesalia, general mercenario griego del siglo IV a. C. Así lo cuenta Jenofonte, que conoció al sujeto, en Anábasis (trad. Ramón Bach Pellicer) o La expedición de los diez mil.

Dos mil quinientos años, ¡veinticinco señoras centurias!, ¿y siguen mandando los mismos?

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