sábado, 4 de abril de 2015

«En esta Expaaaña kikirikí yo sea el reí».

R E S U M E N    D E L    D I S C U R S O 
D E    R E A U T O P R O C L A M A C I Ó N 
D E    L O S    B O B O N E S



«Gracias por colocarme, Papi.» Aplausos de bote.

«Nosotros de aquí no nos bajamos así como así, pringaos.» Más aplausos de bote.

«Amigos, o nos cambiamos la careta o me apean (y a vosotros conmigo) del burro.» Más aplausos de bote todavía.

«En esta Expaaaña kikirikí yo sea el reí. Conbebencia significa que no me toquéis los puentes.» Muchos y educadísimos aplausos de bote.

Amén. Ya tenemos nuevo timón, nuevo mesías, nuevo patriarca, juajuajuá, que me giño del descojone.

Comentario entre los gobernantes junto a la escalinata: «Se la estamos colando de nuevo.»

Comentario entre los altos miembros del clero en el vestíbulo: «De aquí no nos mueve ni Dios.»

Comentario del crío heredero de un marqués: «¿Y por qué no ha repartido hostias este cura, papá?» «¡A callar, nene! ¡Y colócate esa corbata!»

Comentario entre aristócratas y aristocráticas damas elegantísimas: «¡Qué bonitos los pendientes de la Reina!» «¿Y las niñas? Monísimas, ¿no?» «A ver si salimos de fondo en alguna esquina del Hola

Quienes berrean «¡viva el Rey!» con sincera alegría (e inconscientes astucia y adoración) también son españoles, rodeados de amigables Fuerzas de su Orden Público.

Por cierto, ¿cuándo juega la Roja?

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