jueves, 26 de octubre de 2017

EXAGERO PERO ME QUEDO CORTO


Los poetas, como bien nos previnieran los platones, nietzsches y pessoas que en nuestro planeta han sido, y al igual que la prensa, somos tendenciosos y mentimos. Aunque si no pareciera un alegato a favor de la irresponsabilidad sería más exacto decir que no somos nosotros quienes mentimos, sino nuestros poemas. Y es que uno, la mayor parte del tiempo, es algo más que poeta: peatón, por ejemplo, corresponsal, asalariado, pareja, hermano, hijo, televidente o mismamente usuario de Féisbuc.

Pero bien es cierto que --
lo llamemos rapto de las musas, trance o inspiración-- en cuanto uno se pone a cantar, exagera... (Eso lo sabe perfectamente todo aquel que alguna vez se haya duchado de excelente humor.) En una dirección o en otra, tan pronto como uno canta, ¡exagera! Sea amor u odio, sea pena o alegría, ¡exagera! 

Exagera, sí, pero ni así es suficiente... 

«Exagero pero me quedo corto», jo jo jo, podría ser un buen epigrama contra malos y buenos poetas.

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